Publicación original en catalán: https://reconstruirelcomunal.suportmutu.org/collapse
Publicación traducida al castellano: https://www.portaloaca.com/articulos/anticapitalismo/15640-reconstruir-el-comunal-frente-al-colapso.html
Estrenamos la nueva sección de la web Reconstruir el Comunal: «Reflexiones». Complementará la sección habida hasta ahora: «Historia». La primera reflexión, sobre el sentido de Reconstruir el Comunal y las perspectivas actuales de colapso de nuestras sociedades.
«La progresiva desparición del Impero Romano hace que se hundan todos los mecanismos económicos que lo sustentaban. (…) En el siglo III, sobretodo a partir del siglo V, hay una serie de cambios muy drásticos en la economía. (…) Se vuelve a una economía de subsistencia, será la base de toda la actividad económica. La producción de alimentos volverá a ser la prioridad de las comunidades campesinas. (…) En el modelo imperial los alimentos se producen sobretodo para mantener el aparato burocrático y el ejército.»
(Meritxell Bru, «Pagesos sense senyors»)
«Cuando cae el Imperio Romano –y se podría hacer un paralelismo con la situación actual del capitalismo, que puede caer de la noche a la mañana–, quien peor lo pasa son las ciudades. Las ciudades caen porque las infraestructuras necesitan de todo el sistema que había hasta entonces y la gente va saliendo de las ciudades y se va instalando en los lugares más salvajes.»
(Itziar Madina, presentación de «Comunitats sense Estat a la Muntanya Basca»)
«La comunidad rural catalana tiene sus origenes en la Alta Edad Media, a raíz del hundimiento de los restos del Imperio Romano de Occidente, formalmente disuelto el 476. La desestructuración del sistema esclavista y la desintegración parcial del Estado, de la fiscalidad, de los grandes latifundios conreados por esclavos y de la ciudad antigua, permitieron la recomposición de la economía campesina con elevados niveles de autonomía entorno la célula familiar conyugal, posibilitando la extensión de los conreos y el artigamiento de tierras.»
(Joan Carles Gelabertó, «Història de la revolta a Catalunya»)
«Todo parece indicar, o así lo afirman diferentes historiadores, que la Alta Edad Media estuvo caracterizada por un vacío de poder hegemónico. El campesinado europeo pudo conocer sus mejores días. Sin cargar el peso que las élites dominantes irían acumulando a sus espaldas con el paso de los siglos.»
(Marc Badal, «Vidas a la intemperie»)
«La principal debilidad del Estado fosilista* es que es demasiado complejo para sostenerse en un entorno de energía disponible en declive. Como hemos visto, las organizaciones sociopolíticas dominadoras complejas (que son grandes consumidoras de energía y recursos) acaban encontrando crecientes problemas simplemente para conservar el statu quo, y mayores inversiones en mantener la complejidad derivan en costes crecientes e inmanejables. Es la ley de rendimientos decrecientes aplicada a las estructuras institucionales»
(Ramón Fernández Durán y Luis González Reyes, «En la espiral de energía»)
[* de energías fósiles: petróleo, carbón y gas natural]
El impulso de Reconstruir el Comunal de estudiar y hacer divulgación sobre «el comunalismo» en nuestra historia y en la de otros pueblos no se debe principalmente a la intención de hacer un ejercicio intelectual o historiográfico.
El impulso surge sobre todo de la voluntad de hacer una aportación útil al desarrollo de una consciencia en favor de una transformación profunda positiva del actual órden social y del actual sistema de valores y creencias.
La victoria del Estado y el Capitalismo sobre el pueblo –consolidada en nuestro territorio con las grandes desamortizaciones de tierras comunales del siglo XIX [1], el triunfo del levantamiento militar de 1936 y la consolidación del Parlamentarismo y el «Estado del bienestar»– nos ha llevado a un escenario muy oscuro.
Un escenario turbulento que se prevé que entre en crisis todavía mucho más fuertes. Cada vez más voces apuntan que afrontamos en el futuro cercano un período de colapso de las sociedades occidentales [2] tal y como las conocemos. Dos grandes factores que lo causarían son la crisis energética y de recursos y la crisis ecológica. Otro a tener en cuenta sería la crisis humana –dejemos este para más adelante–. La causa última de estos factores son las dinámicas del sistema actual.
Hay dos personas que son referentes muy interesantes tratando las perspectivas de colapso en base a los dos primeros factores mencionados. Porque se explican muy bien y hacen un buen trabajo de divulgación, porque abordan las cuestiones con rigor y en profundidad y porque parece que prefieren decir lo que piensan que es verdad y no lo que el oyente o el poder quiere escuchar. Son Antonio Turiel y Carlos Taibo. El primero, autor del blog «The Oil Crash» y del libro «Petrocalipsis. Crisis energética global y cómo (no) la vamos a solucionar». El segundo, autor de los libros «Colapso: capitalismo terminal, transición ecosocial, ecofascismo», «Ante el colapso. Por la autogestión y por el apoyo mutuo» e «Iberia vaciada. Despoblación, decrecimiento, colapso».
Los dos tienen, además, muchas charlas y ponencias disponibles en Youtube –más abajo recojo cuatro que propongo para introducirse en el tema–. Sugiere Taibo, en el inicio de una: «Imaginad que estáis en un puerto y queréis ir a una isla y tenéis que subir en un barco y alguien os dice que aquel barco tiene un riesgo del 7% de hundirse en el transcurso del viaje. Sospecho que nadie subiría al barco a menos que tuviera una necesidad inexorable de llegar a la isla. Yo parto de la firme convicción de que el riesgo de un colapso general del sistema está muy por encima del 7% y, sin embargo, cada día seguimos subiendo en este barco del sistema». Echad un vistazo a los vídeos de más abajo, pues, no entremos aquí en materia.
Afrontar las graves realidades de la crisis energética y de recursos y la crisis ecológica puede generar sentimientos de miedo o angustia, por lo que pueda venir. El sufrimiento que pueden causar las consecuencias de los acontecimientos es la parte negativa más evidente de la cuestión –que realmente puede ser terrible–. La parte positiva es que un periodo de crisis profunda del sistema podría permitir el resurgimiento de formas de organización y valores mucho mejores. También parece una buena noticia que los niveles de consumo de ciertos productos encuentren un freno: si el fenómeno de los smartphones y el consumo de masas de «nuevas tecnologías» no encontrara un tope, ¿querríamos ver como serían nuestros bisnietos? A mí la idea me asusta. El fin de los chips baratos tiene su encanto [3].
Salvando las distancias –mil quinientos años– y cogiéndolo con pinzas, ¿se podría comparar el período que parece que está por venir con la caída del Imperio Romano occidental? Se volvi’a una economía de subsistencia, pero se dejó atrás la esclavitud. Se abandonaron masivamente las ciudades y se repobló el mundo rural, fundando nuevos asentamientos poblacionales. Estos se baraon en muchísimos casos en un derecho consuetudinario popular local, diferente del derecho romano, que instauraba la asamblea vecinal, los bienes comunales y los trabajos colectivos como bases sociales [4]. Después del patriarcado extremo romano, las mujeres conocieron una época mucho mejor en la Alta Edad Media: participaron en las asambleas vecinales, recibían herencias a partes iguales con sus hermanos masculinos, tenían muchos derechos civiles… –en la Baja Edad Media su condición empezaría a sufrir un retroceso a partir de la feudalización de la sociedad y el renacimiento del mundo urbano– [5].
Tenemos delante la misma tarea: hacer que la crisis del sistema sea un auge de la libertad, la igualdad y la fraternidad. Que suponga retomar este «hilo comunal» de formas de vivir, de trabajar, de relacionarnos, de organizarnos y de ser. Una revolución popular democrática, una reconstrucción civilizatoria.
El sistema actual no da a conocer nuestra historia más digna. No quiere que estudiemos sus crímenes contra esta historia. Quiere que pensemos que «cualquier pasado fue peor» y demos así gracias por lo que tenemos –lo que nos impone–. Quiere que pensemos que «no hay alternativa» a las formas estatales y capitalistas de organitzación social. Nos quiere hundidos y paralizados en la misantropía, el auto-odio: «el ser humano es y ha sido siempre una mierda».
Por eso nosotros sí que lo estudiaremos. Porque la humanidad –en general y en nuestros territorios– se ha organizado durante muchos períodos largos de maneras mucho más libres, descentralizadas, soberanas y dignas que las que actualmente conocemos. Conectando con las mejores creaciones de nuestra especie ganaremos estima por el potencial bueno que tenemos como humanos, y esta estima nos dará el sentido y los motivos por los que luchar. Si durante siglos nuestros antepasados se organizaron en verdadera democracia (directa, de base local), establecieron y conservaron bienes y derechos comunales, trabajaron juntos, se ayudaron y convivieron… Nosotros también lo haremos, lucharemos para hacerlo.
Si el colapso del sistema sucede –ya sea más progresivo o más repentino–, nos llevará a situaciones donde estará en juego nuestra supervivencia, la de muchísima gente. En la lucha por sobrevivir, tendremos que escoger sobrevivir con los demás y no contra ni sobre los demás. En este camino de la supervivencia individual y colectiva, procurando no dejar a nadie atrás, sentaremos las bases de una sociedad más justa y libre. La confrontación con las élites de la sociedad actual, que concentran una acumulación de riqueza y poder sin precedentes, será inevitable. Tendremos que plantar cara.
Una mujer de la PAH a quien el banco quitó la casa dijo, seria y sincera, que «al perderlo todo, lo ganó todo», refiriéndose a lo ganado descubriendo una dimensión de la vida de cobijo comunitario, apoyo mutuo y mobilización contra la injusticia. Sin menospreciar, como decía antes, el sufrimiento que puede esperarse del colapso, tenemos mucho a ganar.
Pol Font
Cataluña, 26 de agosto de 2021
NOTAS:
[1] Daniel López García, «La llei del saqueig del medi rural».
https://reconstruirelcomunal.suportmutu.org/la-llei-del-saqueig-del-medi-rural
[2] También la de otras sociedades no occidentales y, como apunta Carlos Taibo, hay muchas otras sociedades que «ya están viviendo el colapso».
[3] Antonio Turiel, «El fin del plástico y los chips baratos».
https://crashoil.blogspot.com/2021/03/el-fin-del-plastico-y-los-chips-baratos.html
[4] David Algarra Bascón, «El comú català. La història dels que no surten a la història».
https://reconstruirelcomunal.suportmutu.org/el-comu-catala
[5] Teresa Vinyoles Vidal, «Història de les dones a la Catalunya medieval».
https://reconstruirelcomunal.suportmutu.org/dones-catalunya-medieval
VÍDEOS:
Ponencia de Antonio Turiel en el Senado, abril de 2021. Duración: 53 minutos
Presentación de Carlos Taibo de su libro «Colapso». Duración: 57 minutos
Presentación de Carlos Taibo de su libro «Iberia vaciada». Duración: 2 horas
Pintada vista en Vallcarca, barrio de Barcelona.